miércoles, 10 de enero de 2007
Sueño de una noche de verano-Laura Codega
Una impresión , volvió en un sueño , se sentaba en sus rodillas, refregaba su crin sobre las pierna largas y huesudas. Aroma en su melena que le llegaba no sabia si aquella tarde o luego en la noche de sus sueños. Era una casa de las antiguas y bellas que quedaban y una noche de sol despejada. Las aceras vacías y lustrosas reflejaban un vacío entre feliz y abismal y en su espalda la respiración la volvía cada ves mas rosa, mas roja y húmeda. La rodilla se balanceaba bajo las almohadas punzantes de su cuerpo y por la ventana volvía ese sentir de aura indefinida. Veía la efigie, su contorno en un grupo. Lo rodeaban y querían beberlo los seres de lentejuelas negras. El hombre pájaro miraba la lejanía desde el revés de sus ojos. Esa había sido la visión real, la otra le vino de noche. Bajaba unas escaleras, recorría la calle lustrosa, después que Isis la había despreciado: en sus alas no cabía el amor porque tenia algo importante que hacer. Pronto llegarían las aves negras a traerle su ración. Ella era una paloma y a la vez una coneja y en forma de coneja bajó las escaleras. Cuando llego a la calle se encontró con sus piernas y la sensación de haber estado en ese sitio. Lo reconoció parecido. Antes no había una plaza, y la avenida corría en la mano contraria. ¿Que día seria? ¿por que no había nadie en la calle?. Ese hueso cóncavo la estremecía y el pájaro seguía mirando hacia adentro y hacia fuera. Era una habitación, estaba pintada de azul y tenia un ventana al frente. Allí tenía él uno de sus nidos del que nada formaba parte. Pero ella espió y entro en lo sacro esquivando el barro colorido del que él se alimentaba. Volvió caminando con pasos de siete leguas.
por Lucrecia
por Lucrecia
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1 comentario:
bueniiiisimo
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